Iba a escribir sobre los regalos
de todos los días
la sonrisa del ilustre desconocido
el sol que asoma por un instante entre las nubes
las heridas que ya son cascarita
el perro anónimo que mueve la cola al vernos
los guiños cómplices al pasar
pero quedé perplejo
mirando por la ventana
con el lápiz en la mano
como un cigarrillo.
Paulo Prella
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