donde me esperaba el libro,
cadáver exquisito del insomnio.
En el ritual despreocupado
vi por el costado una sombra.
Suspiro doliente de la noche,
Estrella fugaz, negra, omnipresente.
Duró aquello un instante
de corazón quieto,
de miedo infinito.
Supe por la Gestalt,
(dejavú a través del espejo)
que había tenido un recuerdo
del futuro.
Paulo Prella

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