Pergamino
Una esponja gris
apretada por el puño de dios
no sabemos si lo que cae
son cristales de odio
tristeza derramada en el aire
o caricias de un padre a sus hijos
criamos miedos
algunos resentimientos
corremos muchas veces
hacia el desencuentro
extrañamos inevitablemente
lo que no tenemos
en las quebradizas notas
del sinsentido
a tropezones con la vida
vamos aprendiendo
amamos como podemos
como nos dejan
y a veces somos amados
vamos a dormir
llenos de esperanza
y en el mundo de los sueños
construimos el futuro
hasta que el despertador
de la muerte
suene.
Paulo Prella
Despertar, por Valeria Serruya.
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